jueves, 21 de mayo de 2009


TESTIMONIO VOCACIONAL DE SOR GLORIA

Me llamo Gloria Buenaño López. Tengo 26 años y soy monja Concepcionista Franciscana de la Comunidad de Mahón. Sor Purísima me ha pedido que escriba un breve testimonio de mi vocación contemplativa para su espacio en internet. Le doy las gracias por su amabilidad.
A los 18 años, estando viviendo como cualquier joven de mi edad, entre estudios, amigos, familia… recibí una invitación de las Hnas. Concepcionistas de Milagro (Ecuador), a través de un catequista, para pasar varios fines de semana de experiencia en su monasterio. No solamente me invitaron a mí, sino también a otra chica de mi pueblo, pero ella no se presentó a la cita. Al llegar al monasterio para la primera experiencia, una monjita me dijo que había estado rezando por las vocaciones. ¿Coincidencia?, pues… ¡no lo sé! Solo sé que Dios hace lo que quiere y me siento amada por El.
Me impresionó oírlas rezar a las cinco de la mañana y verlas que se interesaban unas por otras sin esperar recompensa. Su forma de vida en fraternidad, oración, trabajo y estudio, me gustó. Al expresarles a las hermanas mi deseo de seguir su forma de vida contemplativa-mariana, me propusieron de hacerlo en algún monasterio concepcionista de España. Acepté la propuesta y, después de algunas luchas que surgieron en mi interior, finalmente llegué aquí. Ya en estas tierras españolas, gracias a la paciencia y generosidad de un santo sacerdote fui descubriendo la ternura de Dios Padre, la que todos debemos llegar a experimentar.
Con la ayuda de Dios y de mis hermanas de comunidad, que me quieren mucho, voy intentando ser fiel al gran don de la vocación concepcionista que me regaló el Señor: seguir a Cristo a ejemplo de María Inmaculada, ayudando desde mi vida de oración en fraternidad a mis hermanos todos los hombres.
Cariñosos saludos a todos.

Sor Gloria, OIC

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muito obrigado sor Glória, pela simplicidade do seu generoso e verdadeiramente concepcionista testemunho.
Rezando uns pelos outros, para que o Deus Uno e Trino nos ajude e impulsione a ser fiéis à Sua Vontade, ao jeito de Maria Imaculada.