domingo, 11 de julio de 2010

DICHOSOS LOS LÍMPIOS DE CORAZÓN

“Bienaventurados los puros de corazón porque verán a Dios”
La pureza que es la virtud que nos permite amar como Dios nos ha amado a nosotros. Virtud sin la cual terminamos vulgarizando el amor, y transformando aquella belleza, a la cual estamos llamados, en polvo, en nada, en suciedad.
Nuestro Señor Jesucristo enseña dos ideas principales sobre la pureza de ellas es que la pureza es la virtud que nos permite ver a Dios “Bienaventurados los puros de corazón porque verán a Dios” Exactamente esa es la función de la pureza, permitir al hombre percibir a Dios en el prójimo… y me permite a mi mostrarme como hijo de Dios.
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