sábado, 20 de agosto de 2011

NOVENA A SANTA BEATRIZ DE SILVA

Fundadora de la Orden Concepcionista

Protectora de la juventud y de la santa pureza

“Señor mío Jesucristo”.

¡Oh! Virgen Beatriz, fragante azucena de María Inmaculada, alcánzame que, celebrando tus excelsas virtudes, honre también el preclaro misterio de la Purísima Concepción de María, del cual fuiste amante acrisolada y consiga por tu intercesión el favor que pido. Amén.

Padrenuestro, Avemaría y gloria. (Pídase la gracia).

Antífona. Me he consumido de celo en defensa del honor  de mi Madre Inmaculada, y Ella me ha librado de todas las tribulaciones.

V.  Ruega por nosotros Santa Beatriz.

R.  Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

ORACIÓN

  Oh Dios, que hiciste resplandecer a la virgen santa Beatriz por su altísima contemplación y la adornaste con una devoción singular para con la Virgen María en el misterio de su Concepción Inmaculada: concédenos que, a ejemplo suyo, busquemos en la tierra la verdadera sabiduría, y lleguemos a contemplar en el cielo tu belleza y tu sublimidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

domingo, 7 de agosto de 2011

SANTA BEATRIZ DE SILVA


Día 17 de agosto de 2011 

La Orden de la Inmaculada Concepción (OIC)



Viene celebrando desde el 17 de septiembre del pasado año hasta la misma fecha del 2011, los quinientos años de la aprobación de su Regla por el Papa Julio II. Un acontecimiento gozoso y singular que, de múltiples formas, se ha tratado de ensalzar y rememorar en todos y cada uno de los Monasterios Concepcionistas.


La Regla de la OIC, centra la existencia entera en un maravilloso
equilibrio de tres elementos:
·        Vida monástica íntegramente contemplativa,
·        Vida según el Evangelio ocupando siempre el centro el desposorio con Jesucristo Redentor
·        Vida en honor de la Concepción Inmaculada y a su semejanza.

La Regla no busca primordialmente establecer unas normas o una reglamentación de la vida sino proponer un camino de seguimiento y de unión con Cristo, teniendo como referente continuamente a María Inmaculada. 
Para poder vivir esta llamada de Dios es necesario, sobre todas las cosas, «tener el espíritu del Señor y su santa operación», que otorga «hacerse un solo espíritu con Cristo Esposo, mediante el amor» (R 30). 
Santa Beatriz nos invita a  vivir el misterio
de Cristo desde la fe y la oración constante.

Damos gracias a Dios por sus dones.