sábado, 22 de junio de 2013

VACACIONES DE VERANO


Decálogo para un verano con Cristo

1. Un cristiano, en el verano, no esconde ni guarda su fe como quien deja en el armario el abrigo de invierno. Somos cristianos siempre y, por lo tanto, nuestra comunión con Cristo ha de ser consciente y constante.

2. La vida cristiana no se sostiene solamente en el “ser buenos”. Bondadoso, al cien por cien, sólo Dios. Por ello mismo este tiempo es propicio para no olvidar a Dios y ser rostros vivos de su presencia. Las prisas son enemigas de la caridad sin ruido.

3. Sin oración, un cristiano, es un molino paralizado. Muchos de nuestros fracasos y deserciones se deben a que hemos roto la “línea” telefónica con el Señor. La oración nos hace fuertes, nos clarifica, nos hace reflexionar y llevar a cabo la voluntad del Padre.

4. La Eucaristía (además de obligación moral) es una necesidad física y espiritual. Si ya con ella nos resulta llevar una vida relativamente cristiana, sin ella nos convertimos en marionetas del mundo. Quedamos a merced del único alimento material que el mundo ofrece o que el escaparate efímero nos presenta.

5. En el verano vamos buscando el sol. El culto al cuerpo no puede estar por encima de la adoración a Dios. Él sí que es el único Sol de justicia. Es quien broncea de verdad aquellas entrañas que, sin verlas, sabemos que son importantes para ser solidarios con los demás y amantes de Dios: el corazón y el alma.

6. “Dime lo qué lees y te diré cómo piensas”. ¿Acaso un cristiano no ha de nutrirse con palabras de esperanza? Un buen libro, con criterios cristianos, será garantía de un pensamiento recto, de una conciencia lúcida.

7. La Creación la ha puesto Dios para nuestro deleite. Nuestra tierra está sometida a una constante alteración y degradación fruto de las ansias de disfrute del hombre. Respetemos el entorno donde descansamos y gocemos de tantas cosas buenas que el Señor pone a nuestro alcance. Cuesta siglos repoblar la tierra, horas el incendiarla.

8. La belleza, el arte, la música clásica…nos puede llevar al encuentro y al disfrute personal de Dios. Un santuario es una puerta abierta a la fe. María Virgen es una mano que nos empuja hacia el Señor. La grandiosidad de un templo es un aperitivo de la gloria que nos aguarda en el cielo. ¡Disfruta de la huella que el hombre ha dejado a través del arte y como fruto de su fe!

9. El silencio y la contemplación junto al mar. La escalada de montañas como signo de nuestro esfuerzo por llegar al cielo. Nuestro descanso como antesala de lo que un día desea Dios para cada uno de nosotros…pueden ser reflexiones que nos ayuden a vivir este tiempo estival con sentido cristiano

10. En el valle o en el mar, en la montaña o en una aldea, adentrados en el bosque o perdidos en un desierto. Frente a una catedral o por las calles de una gran ciudad: no olvidemos que somos cristianos. No olvidemos que, Dios, va con nosotros

Jesús de la Heras

domingo, 2 de junio de 2013

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CORPUS CHRÍSTÍ



OVEJA PERDIDA, VEN
SOBRE MIS HOMBROS, QUE HOY
NO SOLO TU PASTOR SOY,
SINO TU PASTO TAMBIÉN.
 
Por descubrirte mejor
Cuando balabas perdida,
Dejé en un árbol la vida
Donde me subió el amor;
Si prenda quieres mayor,
Mis obras hoy te la den.
 
OVEJA PERDIDA, VEN
SOBRE MIS HOMBROS, QUE HOY
NO SOLO TU PASTOR SOY,
SINO TU PASTO TAMBIÉN.
 
Pasto al fin, hoy tuyo hecho,
¿cuál dará mayor asombro,
O el traerte yo en el hombro
O el traerme tú en el pecho?
Prenda son de amor estrecho
Que aun los más ciegos las ven.
 
OVEJA PERDIDA, VEN
SOBRE MIS HOMBROS, QUE HOY
NO SOLO TU PASTOR SOY,
SINO TU PASTO TAMBIÉN.
Liturgia de las horas