sábado, 25 de abril de 2015

52 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

Día Buen Pastor


 50 años que en este domingo celebramos la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Esta Jornada nos recuerda la importancia de rezar para que, como dijo Jesús a sus discípulos, «el dueño de la mies… mande obreros a su mies» (Lc 10,2). Jesús nos dio este mandamiento en el contexto de un envío misionero: además de los doce apóstoles, llamó a otros setenta y dos discípulos y los mandó de dos en dos para la misión.
La vocación es siempre una acción de Dios que nos hace salir de nuestra situación inicial, nos libra de toda forma de esclavitud, nos saca de la rutina y la indiferencia y nos proyecta hacia la alegría de la comunión con Dios y con los hermanos. Responder a la llamada de Dios, por tanto, es dejar que él nos haga salir de nuestra falsa estabilidad para ponernos en camino hacia Jesucristo, principio y fin de nuestra vida y de nuestra felicidad.
El Evangelio es la Palabra que libera, transforma y hace más bella nuestra vida. Qué hermoso es dejarse sorprender por la llamada de Dios, acoger su Palabra, encauzar los pasos de vuestra vida tras las huellas de Jesús, en la adoración al misterio divino y en la entrega generosa a los otros. La vida será más rica y más alegre cada día.
La Virgen María, modelo de toda vocación, no tuvo miedo a decir su «fiat» a la llamada del Señor. Ella nos acompaña y nos guía. Con la audacia generosa de la fe, María cantó la alegría de salir de sí misma y confiar a Dios sus proyectos de vida. A Ella nos dirigimos para estar plenamente disponibles al designio que Dios tiene para cada uno de nosotros, para que crezca en nosotros el deseo de salir e ir, con solicitud, al encuentro con los demás (cf. Lc 1,39). Que la Virgen Madre nos proteja e interceda por todos nosotros.
 Papa Francisco 

domingo, 5 de abril de 2015

Aleluya... Aleluya


                  ¡¡ALELUYA!!..
                   ¡¡ALELUYA!!..

 Jesús ha resucitado, hay la esperanza para ti

Ya no estás bajo el dominio del pecado, del mal. Ha vencido el amor, ha triunfado la misericordia. La misericordia de Dios siempre vence.

Acojamos la gracia de la Resurrección de Cristo. Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejémonos amar por Jesús, dejemos que la fuerza de su amor transforme también nuestras vidas; y hagámonos instrumentos de esta misericordia, cauces a través de los cuales Dios pueda regar la tierra, custodiar toda la creación y hacer florecer la justicia y la paz.
  Papa Francisco
¡¡¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!!!

viernes, 3 de abril de 2015

VIERNES SANTO


Bienaventuranzas del Viernes Santo

Felices quienes ven en Jesús crucificado un ejemplo, una pasión,
un compromiso, un desafío.

Felices quienes en la cruz descubren un camino, una búsqueda, un encuentro.

Felices quienes saben que el sacrificio personal es el sendero ineludible hacia la plenitud de su existencia.

Felices quienes han sido deslumbrados por la vida de Jesús y han decidido seguirle, cueste lo que cueste.

Felices quienes ayudan a quienes caen, quienes no les preguntan y les ayudan a levantarse.

Felices quienes acarician y secan el sudor y el dolor de los demás en el camino de su existencia.

Felices a quienes se les quedan marcadas en sus corazones las llagas, los rostros, las palabras, las estrellas de los crucificados. 

Felices quienes denuncian las cruces de los demás, les ayudan a cargarlas cuando son inevitables y les ayudan a liberarse de la inhumanidad que conllevan.  
Miguel Ángel Mesa

miércoles, 1 de abril de 2015

SEMANA SANTA



Bienaventuranzas del Jueves Santo
Felices para quienes el Amor es el mayor tesoro, que da el sentido definitivo a su vida. Felices quienes ponen el amor en práctica, sirviendo a los demás, siempre, sin tiempo, sin condiciones.
Felices quienes disfrutan haciendo felices a los demás. Felices quienes descubren que la Eucaristía es un misterio transparente de fraternidad, de vida, de comunicación y de Presencia.
Felices quienes descubren que lo principal no es presidir, ni guiar, ni preservar su verdad, sino acompañar, comprometerse, descubrir la buena noticia junto a los humillados de la historia.
Felices para quienes es tan importante el pan de cada día, como el pan eucarístico, para que los más humildes tengan vida abundante.
Felices quienes descubren sus ministerios, su verdadera vocación en el camino de su existencia junto a los otros.
Felices quienes sienten que deben celebrar, como Jesús, la vida y la amistad, el recuerdo y el futuro, el dolor y la confianza en la cercanía del Reino.
Miguel Ángel Mesa