jueves, 27 de noviembre de 2008

DIA 8 DE DICIEMBRE

SOLEMNIDAD DE LA
INMACULADA CONCEPCIÓN



Soy de María Inmaculada
Por Ella tengo mi vocación
Su nombre escrito llevo en mi mente
Con letras de oro en mi corazón.

Pensando en Dios siempre estaré
Y de María Inmaculada siempre seré
Siempre seré, siempre seré.
Y de María con alegría siempre seré.
En dulce claustro escondí mi vida
Amando siempre a mi buen Jesús
Que es mi consuelo y es mi alegría
Aun siendo pobre y muriendo en cruz.

Pensando en Dios siempre estaré
Y de María Inmaculada siempre seré.

(Del himno de las Concepcionistas)

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EXPERIENCIA DE UNA VOCACIÓN COMTEMPLATIVA

Soy una joven de 26 años a través de un sacerdote, después de charlar un buen rato quedé informada sobre la vida contemplativa y al ver él que estaba entusiasmada me invitó a hacer una experiencia en un Monasterio que él conocía y me regaló un libro de Santa Beatriz de Silva.
Me quedé radiante de alegría y me di prisa en ponerme en contacto con ese convento y acordar cuando podía ir unos días de experiencia.
Hice la experiencia y ya no quería marcharme. Sin embargo tuve que marcharme de nuevo al mundo y los obstáculos no han faltado… Pero con la fuerza del amor de Dios, de María Inmaculada y las oraciones de las hermanas conseguí seguir el ideal que siempre quise.
Alégrense conmigo, y ayúdenme a dar gracias a Dios, pues estoy muy feliz de estar de nuevo en el convento, deseando ser una copia de la Virgen Inmaculada y de Santa Beatriz, para la mayor gloria de Dios.
Una Concepcionista
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OTRA EXPERIENCIA DE UNA VOCACIÓN MISIONERA

«La primera vez que experimenté el deseo de hacerme misionera no tenía más que doce años. Pero no me fui hasta los dieciocho.
A veces dudaba de mi vocación. Pero llegó un momento, un día en que me encontraba a los pies de la Santísima Virgen, el 22 de julio de 2007, tuve la sensación plena de que Dios me llamaba.
En los momentos de incertidumbre sobre mi vocación, hubo un consejo de mi madre que me resultó muy útil: “Cuando aceptes una tarea, llévala a cabo con gozo, o no la aceptes”, me dijo.
Una vez pedí consejo a mi director espiritual acerca de mi vocación. Le pregunté cómo podía saber que Dios me llamaba y para qué me llamaba. Él me contestó: “Lo sabrás por tu felicidad interior. Si te sientes feliz por la idea de que Dios te llama para servirle a Él y al prójimo, esa es la prueba definitiva de tu vocación. La alegría profunda del corazón es la brújula que nos marca el camino que debemos seguir en la vida. No podemos dejar de seguirla, aunque nos conduzca por un camino sembrado de espinas”.
Una religiosa
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ORACIÓN

Señor, manifiesta a la juventud el amor que les tienes.
Que algunos sepan descubrir ese amor tuyo y te sigan.
Que vean en ti que eres la Verdad, la Luz y la Vida.
Que ninguno de los que han sentido la llamada,
Acallen tu voz, ni tengan miedo a lanzarse mar adentro.
Que se fíen plenamente de ti, y sepan salir de su puerto,
Y navegar contigo al rumbo que tú marques.
Dales un corazón generoso, dispuesto siempre
A darlo todo por ti, a través de la entrega a los hermanos.
Por ellos te pedimos, para que sepan comprender
Y puedan dar la respuesta que tú esperas. Amén.

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sábado, 8 de noviembre de 2008

Dun Escotto Franciscano




Defensor del misterio de la Inmaculada


*Preparó el camino para la definición dogmática.

Dicen que su inspiración le vino al pasar por frente de una estatua de la Virgen y decirle: "Dignare me laudare te: Virgo Sacrata" (Oh Virgen sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti).

1. ¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado original? - Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso, para Él.

2. ¿Dios podía hacer que su Madre naciera sin mancha de pecado original? -Sí, Dios lo puede todo, y por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada.

3. ¿Lo que a Dios le conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace? Todos respondieron: Lo que a Dios le conviene hacer, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace.

Entonces Scotto exclamó:

Luego

1. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original.

2. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha.

3. Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo, lo hace..."

Pudo, quiso; luego lo hizo.