Tiempo de reflexión, de
penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio
pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita
a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino
hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el
prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes
cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de
nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el
tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la
vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia,
los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma,
aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a
tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.