
Sabiduría es
escuchar la Palabra de Dios
y meditarla
Confiar en Dios solamente
“Hijo mío, cumple tu deber, ocúpate de él, envejece en tu tarea; no admires las acciones del perverso, espera en el Señor y aguarda su luz; porque está al alcance del Señor enriquecer en un instante al pobre. La bendición del Señor es la suerte del justo, y a su tiempo florece su esperanza”.
(Eclesiástico 11,21-24)
¡Oh Dios! danos luz para conocer tu voluntad y la fuerza necesaria para cumplirla.
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