Señora y Reina de Extremadura,
Purísima Madre nuestra:
Salve llena de gracia,
Salve repleta de dones, salve encantadora,
pues Dios encontró en ti un encanto y una simpatía sin igual
entre todas la mujeres de la tierra (cf. Lc 1,38).
Salve mujer de fe, Salve respuesta exacta,
Salve entrega radical a Dios,
pues caminaste en su presencia (cf. Gn 17, 1),
y permitiste que Dios entrara en tu vida.
Te adheriste a él y te entregaste sin reservas:
"hágase en mí según tu palabra" (Lc 1,38).
Salve Señora, Santa Reina,
tu estela límpida y señera
nos marcas inequívoco el camino,
alma libre, corazón limpio, Dios en medio.
Salve Santa Madre de Dios,
espejo en el que se mira, complacido, Dios,
y modelo de perfección para nuestro camino.
Salve, Virgen hecha Iglesia",
eres calor de hogar cautivando la noche,
eres lumbre ofrecida al rigor de la intemperie,
mesa dispuesta para la acogida,
y convite al sosiego del huerto florecido.
Inmaculada en tu Concepción, Madre y Señora, enséñanos a decir, ahora y en la hora de nuestra muerte: sí, FIAT, AMÉN.
Fr. José Rodríguez Carballo,
ofm Ministro general
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