Oración de Juan Pablo II a Nuestra Señora de Guadalupe
Virgen de Guadalupe, Madre del verdadero Dios y Madre
de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu
compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con
filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor
nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa. Amén. |
Juan Pablo
II
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