La
razón de mi carta es para confiarte mi reacción ante la escasez de vocaciones.
La
PRIMERA es la de haber sentido una llamada personal a la fidelidad y entrega en
la vocación que gratuitamente he recibido sin merecerla y unido a esto a
«redoblar» mi oración por esta fidelidad en los seminaristas, sacerdotes y
religiosos y por las vocaciones consagradas en la Iglesia.
La
SEGUNDA es la de no callarme y hacer una invitación a todos los jóvenes que
conozco a que os planteéis en serio la posibilidad de la llamada al sacerdocio
y a la vida religiosa.
Recuerdo
cuando tenía 15 años que mi Director Espiritual siempre nos decía a los
jóvenes... ¿si no salen de aquí las vocaciones de donde van a salir? Aquello me
hacía plantearme en la oración ...¿estas palabras irán por mí?
Pienso
que hay muchos jóvenes cristianos, comprometidos, que no se plantean en serio
esta posibilidad. Dan como por supuesto que no va con ellos... antes de haberse
parado a pensarlo en serio... Y es tan grande la mies...
Está
claro que este planteamiento en serio solo es posible si uno tiene horizontes
de eternidad, si lucha por vivir en gracia, hace Ejercicios, tiene celo por
llevar a Jesús a los demás, reza a diario y se pone en serio delante de la Cruz
y el Sagrario a preguntarle a Jesús ¿Qué quieres de mí? en actitud de
disponibilidad a lo que Él pueda querer, poniendo un cheque en blanco ante su
presencia para que EL ponga lo que quiera.
Por
eso desde esta preocupación porque en la Iglesia no dejen de haber sacerdotes,
religiosos y religiosas que sean "sal de la tierra" y "luz del
mundo", te invito a que reces más, a que te encuentres de corazón a
Corazón con Jesús y le preguntes ¿Señor, qué quieres de mi?...
Y
la TERCERA llamada que he sentido es a pedirte que pidas y hagas que otros
pidan a que haya muchos jóvenes de entre vosotros que sean valientes y
generosos para dejarlo todo para seguir de cerca al Señor en el sacerdocio o la
vida religiosa.
Este
amigo cura que te escribe y lleva ya casi 23 años ordenado quería hacerte esta
confidencia...Y con el corazón en la mano te dice...¡Vale la pena entregar la
vida entera por la causa de Cristo y su evangelio!... Como nos dijo San Juan
Pablo II en Madrid: "Si sientes la llamada del Señor en tu interior, se
generoso, no la acalles"
Gracias
por leerme. Reza por mí y por todos los sacerdotes y consagrados. Yo lo hago
por ti a la Virgen en el 4° misterio del rosario de todos los días (incluyo a
todos los jóvenes) La Señora cuida de todos sus jóvenes y os muestra el camino
para llegar a Jesús.
Puedes
pasar este correo a todos los amigos que pienses que les pueda hacer bien.
Que
Dios te bendiga
Un sacerdote catalán
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