sábado, 1 de diciembre de 2012

TIEMPO DE ADVIENTO

 
Son cuatro maravillosas semanas donde nos preparamos para celebrar la esperada Navidad, el nacimiento del Mesías y para que preparemos nuestro camino a la salvación.
 
 
 

 
El Adviento es el tiempo de la presencia y de la espera de lo eterno. Precisamente por esta razón es, de modo particular, el tiempo de la alegría, de una alegría interiorizada, que ningún sufrimiento puede borrar. La alegría por el hecho de que Dios se ha hecho niño. Esta alegría, invisiblemente presente en nosotros, nos anima a caminar confiados. Modelo y sostén de este íntimo gozo es la Virgen María, por medio de la cual nos ha sido dado el Niño Jesús. Que Ella, fiel discípula de su Hijo, nos obtenga la gracia de vivir este tiempo litúrgico vigilantes y diligentes en la espera. Amén. 
 Benedicto XVI

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