17 de agosto
«La Virgen María se le apareció con
hábito blanco y manto azul y el Niño Jesús en brazos, y con cariño maternal, le
intimó que fundara en su honor la Orden de la Purísima Concepción, con el mismo
hábito blanco y azul que ella llevaba. Ante tan señalada merced de su Reina y
Señora, Beatriz se ofreció por su esclava y le consagró, rebosante de gratitud,
el voto de su virginidad. La Reina celestial accede sonriente y desaparece».
«Al tiempo de su muerte fueron
vistas dos cosas maravillosas: la una fue que, como le quitaron del rostro el
velo para darle la unción, fue tanto el brillo que de su rostro salió que todos
quedaron espantados; la otra fue que en mitad de la frente le vieron una
estrella, la cual estuvo allí puesta hasta que expiró, y daba tan gran luz y
resplandor como la luna cuando más luce, de lo cual fueron testigos seis
religiosos de la Orden de San Francisco». Había sido escogida como estrella
para guiar a generaciones de vírgenes, que consagrarían a Dios su amor y su
pureza, en honor de María Inmaculada. Se iba al cielo para guiarlas mejor desde
allí.
Santoral
franciscano
ORDEN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN FUNDADA POR
SANTA BEATRIZ DE
SILVA
La Orden de la Inmaculada, llamadas
también Concepcionistas Franciscanas, es una Orden Íntegramente contemplativa. Seducidas por el amor eterno de Dios viven el misterio de Cristo desde la fe y la oración constante, manteniendo viva la lámpara que el espíritu encendió en Sta. Beatriz.
La Concepcionista se consagra totalmente a Dios, desposándose con Jesucristo, a honra de la Concepción Inmaculada de su Madre, viviendo los consejos evangélicos.
Realizan el seguimiento de Cristo, a ejemplo de María, en el silencio que facilita la escucha de la palabra, en la obediencia a los planes de Dios, en las sencillas tareas cotidianas de la vida y en la entrega generosa de la capacidad de amar, del deseo de poseer y la libertad de disponer libremente de la propia vida.
La contemplación es su apostolado. Con ella ilustran al pueblo de Dios, lo mueven con su ejemplo y lo dilatan con misteriosa fecundidad apostólica.
(CC.GG. de la Orden).
NOVENA A
SANTA BEATRIZ DE SILVA
Fundadora de la Orden
Concepcionista
Protectora de la
juventud y de la santa pureza
“Señor mío Jesucristo”.
¡Oh! Virgen
Beatriz, fragante azucena de María Inmaculada, alcánzame que, celebrando tus excelsas virtudes, honre también el preclaro misterio de la Purísima Concepción de María, del cual fuiste amante acrisolada y consiga por tu intercesión el favor que pido. Amén.
¡Oh! Virgen
Beatriz, fragante azucena de María Inmaculada, alcánzame que, celebrando tus excelsas virtudes, honre también el preclaro misterio de la Purísima Concepción de María, del cual fuiste amante acrisolada y consiga por tu intercesión el favor que pido. Amén.
Padrenuestro,
Avemaría y gloria. (Pídase la gracia).
Avemaría y gloria. (Pídase la gracia).
Antífona. Me he consumido de celo en defensa
del honor de mi Madre Inmaculada, y Ella
me ha librado de todas las tribulaciones.
del honor de mi Madre Inmaculada, y Ella
me ha librado de todas las tribulaciones.
V. Ruega por nosotros Santa
Beatriz.
R. Para que seamos dignos de las
promesas de
Jesucristo.
Jesucristo.
ORACIÓN
Oh Dios, que hiciste resplandecer
a la virgen
santa Beatriz por su altísima contemplación y la adornaste con una devoción
singular para con la Virgen María en el misterio de su Concepción Inmaculada:
concédenos que, a ejemplo suyo, busquemos en la tierra la verdadera sabiduría,
y lleguemos a contemplar en el cielo tu belleza y tu sublimidad. Por nuestro
santa Beatriz por su altísima contemplación y la adornaste con una devoción
singular para con la Virgen María en el misterio de su Concepción Inmaculada:
concédenos que, a ejemplo suyo, busquemos en la tierra la verdadera sabiduría,
y lleguemos a contemplar en el cielo tu belleza y tu sublimidad. Por nuestro
Señor Jesucristo.
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